Según la teoría
el término asociado a la carga económica que impone el Estado a sus ciudadanos
para obtener recursos financieros se llama tributo, el cual está definido en
nuestro ordenamiento tributario interno salvadoreño en el artículo 11 del
Código Tributario así:
"Tributos
son las obligaciones que establece el Estado, en ejercicio de su poder de
imperio cuya prestación en dinero se exige con el propósito de obtener recursos
para el cumplimiento de sus fines."
Asimismo, el
artículo 12 del mismo cuerpo legal citado, establece que hay tres clases de
tributos:
"Los
tributos se clasifican en: impuestos, tasas y contribuciones especiales."
En cuanto al
tributo impuesto, el artículo 13 también del mismo cuerpo legal citado lo
define así:
"Impuesto
es el tributo exigido sin contraprestación, cuyo hecho generador está
constituido por negocios, actos o hechos de naturaleza jurídica o económica que
ponen de manifiesto la capacidad contributiva del sujeto pasivo"
Ahora bien, los
impuestos pueden clasificarse atendiendo a diferentes criterios como por
ejemplo en razón de su territorialidad en internos, aduaneros y municipales;
atendiendo a su razón de origen en internos y externos; y en razón a un
criterio administrativo en Directo e indirecto.
Según esta clasificación última los
impuestos directos son los que gravan directamente la riqueza que posee una persona
como por ejemplo las rentas obtenidas y la tenencia de bienes, donde encajan
perfectamente el impuesto sobre la renta y el impuesto a la transferencia de
bienes raíces; es decir, tanto renta como la transferencia de bienes raíces son
impuestos directos, ya que el gravamen recae directamente sobre la persona que
obtiene renta o adquiere un bien inmueble.
Según la clasificación los impuestos
indirectos gravan indirectamente la riqueza de las personas a través de bienes
o cosas, como por ejemplo IVA que grava las transferencias de bienes muebles
corporales definitivamente y la prestación de servicios con independencia de la
persona, donde encaja perfectamente el IVA, ya que cuando adquirimos bienes y
servicios soportamos la carga del impuesto del impuesto, pues al precio de los
bienes y servicios que adquirimos ya tiene incorporado el IVA.
La importancia de la clasificación de los tributos tiene que ver con la planificación del sistema tributario, pues allí hay un conjunto de estrategias y procedimientos tributarios que son
creadas en base a las necesidades estatales, con la finalidad de
mejorar el flujo de recursos económicos, gestionar la carga fiscal y cumplir con
los objetivos presupuestarios.
La clasificación de los tributos e impuestos permite medir proporcionalmente la carga tributaria impuesta a los ciudadanos y la creación de políticas públicas tributarias.